miércoles, 29 de octubre de 2014

El sentido de la muerte o una respuesta a las inquietudes de Shaka de Virgo

El otro día pude recordar mi infancia gracias a este video de los Caballeros del Zodiaco, en el episodio donde Shaka de Virgo muere. Este caballero esta muy vinculado a Buda y el capítulo promueve una breve reflexión acerca de la muerte. Junto este recordar de mi infancia, he venido nuevamente la idea de reflexionar sobre este tema.

La muerte es un tema que ha preocupado siempre a la humanidad. Ya sea por el sufrimiento que despierta el no poder volver a compartir más con los seres hacia los cuales sentimos afecto o por la desesperación de pensarnos a nosotros muertos (Si no lo han pasado, les invito a imaginarse a ustedes muertos, sin pensamientos ni recuerdos. Se produce un vértigo muy fuerte ¿no?). También puede impresionarnos por lo absoluta que puede resultar. Sin duda esta muy vinculada a nosotros mismos, a nuestra conciencia de nuestro existir (como decía Heidegger) y ha sido la fuente de inspiración para la más grande proeza de imaginación del hombre: La religión (no digo que no existan, solo digo que si al menos hemos llegado a ellos no es partiendo desde los sentidos sino desde la imaginación). ¿Cómo podríamos entender su sentido?

Lo primero es que la muerte por si misma no tiene ningún sentido significativo para nosotros (en el sentido, de poder referirse a algo distinto a sí misma, ser algo así como un lenguaje oculto de los dioses que a través de ella nos dan una enseñanza). Es meramente un proceso biológico que se produce por leyes físicas, químicas y biológicas (por ejemplo, la entropía). Podríamos esbozar, simplificando, que la muerte es la perdida de la capacidad la autonomía de lo biológico: Las células pierden su capacidad de sintetizar energía para poder seguir cumpliendo sus funciones propias, igual nuestro cuerpo. Digo autonomía en el sentido de ejecución de funciones que les son propias, que las realiza a partir de su propia estructura. Al morir, cumplen otras funciones (por ejemplo ser alimento para otros seres) pero que no le son propios (Recuerden el término de autonomía porque reflexionaré sobre ello luego) Sin embargo, por más natural que resulte, el hombre siempre va construir o buscar un sentido más allá de ello (es igual que el amor, por más que podemos explicarlo desde la neuroquímica, ello no va hacer que el sentido del amor se resuma solo a este proceso. Es una especie de sentido emergente)

La muerte es el gesto más igualitario que nos ofrece la naturaleza: Así seas rico, pobre, o de cualquier condición socio-cultural, inevitablemente vamos a morir. "La muerte es justa y pareja para todos pues todos vamos a morir" rezo el culto a la Santa Muerte en México

Incluso un hombre con tanta riqueza y poder como Alejandro Magno se dio cuenta de ello. Cuenta la leyenda que:

"Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro convocó a sus generales y les comunicó sus tres últimos deseos:
  • Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los propios médicos de la época.
  • Que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas... ), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, y...
  • Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.
Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones.
Alejandro contestó al general:

  • Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos no tienen, ante la muerte, el poder de curar.
  • Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.
  • Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos."

Por algo fue discípulo de Aristóteles. 
Con este gesto igualitario, la muerte también revela nuestra fragilidad y vulnerabilidad como humanos, nuestro propio cuerpo es símbolo de ello porque constantemente nos vemos expuestos a la muerte (en cada momento muere nuestras células por ejemplo), por más que no nos demos cuenta. Y nos revela la contingencia nuestra existencia: No solo no somos eternos (osea podemos no existir, definición de contingencia) sino también podemos dejar de hacerlo en cualquier circunstancia.  Esta condiciones a partir de la muerte, es incluso a partir de lo que podemos plantear por excelencia la igualdad entre los hombres (desde el plano biológico) (Sobre la igualdad de los hombres reflexionaré en otro post). E incluso nos iguala con todo lo viviente. Este es un primer sentido que podemos construir a partir de la muerte.

Evidentemente la muerte nos interpela darle un sentido por nuestra propia constitución (por los sentimientos que señale arriba que produce la muerte) y que nos permita aceptarla de una mejor manera, dándole una coherencia (porque por definición la muerte per se, resulta la ruptura de todo, el punto de quiebre, lo que rompe la coherencia que podemos construir en nuestra propia vida). Es evidente que sufrimos (Y mi amigo Eder, ha colgado una cita que explica muy bien porque sufrimos aquí) . Pero también puede dar un sentido especial a nuestra propia vida (y no solo porque la muerte produce equilibrio en las especies y en el ecosistema, permitiendo la renovación y formas más eficientes de gestión de la energía (en vez de mantener un organismo vivo por más tiempo, que puede producir un costo cada vez más alto por el principio de entropía)): Saber que vamos a morir, que todo se puede acabar o que al menos tiene un final inevitable en la muerte, nos puede hacer que disfrutemos más nuestro día a día. Imagínense vivir para siempre, ello supondría que muy probablemente muchas veces hagamos lo mismo, volviendosé en monotonía. Pero en cambio, sabiendo que puede acabar lo vamos a disfrutar más. Por ello, los dioses, como se dijo la película "Troya", nos tienen envidia. Ese sería un segundo sentido


Ahora, podríamos dar una reinterpretación a lo que señala "Buda" en el video colgado: La muerte como un paso más del existir. Nosotros concebimos nuestra vida en base a nuestra individualidad. Nos pensamos y pensamos a los objetos como entes "aislados", diferentes al espacio-tiempo (diría contexto pero puede resultar limitado), que cuya entidad (lo que los hace ser algo) se determina en base a lo que le "pertenece" (no se bien como se entiende ese pertenencia), lo que la hace diferente de las demás cosas que las rodea (a las cuales también las concebimos como "aisladas"). Es decir pensamos a las cosas como algo que son en sí mismas, independiente de lo que los rodea (su ser algo no se ve determinado por estas cosas que la rodea). Pensamos a las cosas como algo que están en un sitio (no necesariamente espacial: por ejemplo nuestras ideas) y que pueden ser independientes ese sitio.

Por ejemplo, tengo aquí al frente a mi computador. Pienso en las características que le pertenecen (sus partes, sus funciones, sus características). La pienso como distinta o independiente al lugar donde este: Para mi va a seguir siendo mi computadora, independientemente si la pongo en mi cama, en mi escritorio o si la uso o si la dejo de ver. Tiene una individualidad propia. Sin embargo, ¿qué tal real es esta supuesta independencia o individualidad? ¿Podemos pensar algo completamente aislado? Podemos imaginarla quizás flotando en el espacio y nada más, pero tiene una interacción con el espacio, que es algo (como bien dice la teoría de la Relatividad General). Incluso si me la imagino (que la imagine no significa que pueda ser así) en medio de la nada (que podemos pensar como un fondo blanco o negro), está en relación a algo: Mi imaginación. Así pues, no podemos pensar las cosas como mera individualidad, aislada, siempre están en relación a algo: su ser se determina en función a esta relación. Si bien las cosas tienen una determinadas cualidades (que van a depender de las estructuras intrinseca que tienen), adquieren nuevas cualidad que estaban en potencia en función a lo que con que se relacionen: Siempre tienen una potencialidad y una actualización de esa potencialidad dependiendo del contexto o la relación con las demás cosas. No son mera potencialidad ni mera actualización sino ambas cosas a la vez, adquiriendo diferentes formas de acuerdo a su relación. Las cosas no son cosas aisladas sino lo que es, es siempre en relación a otro ente y por ello, debemos empezar a pensarla en función a su relación y no solo a su individualidad. (Esta teoría esta relacionada a la idea de Propensión de Karl Popper que propone como interpretación a la mecánica cuántica)

A ello iba con muerte como perdida de autonomía: de hecho cuando un ser biológico muere, pierde su capacidad de poder producir por sí misma (en base a sus estructuras) sus funciones (o mejor dicho realizar), poder actualizar sus potencialidades por si mismo, pero siempre en relación. Pero puede resultar engañoso, principalmente en los hombres: Como dijo, nos definimos en base a nuestra individualidad (por lo general determinado por nuestra corporalidad (que aparentemente se mantiene de forma constante así cambiemos de ambiente y que es sobre lo que tenemos control) y nuestro pensar (que esta "aislado" de los demás, porque nosotros pensamos y producimos nuestros pensamientos. Otra vez control). Al perder esta capacidad absolutamente (a través de la muerte) creemos que nos hemos dejado de ser. Sin embargo, ese ser que somos no es solamente nuestra individualidad, como digo somos interacción y no entidad aislada. (todas las ciencias sociales se basan en la idea del hombre como ser determinado por su contexto de alguna manera). Nuestro ser no es individualidad, sino relación y constante cambio entre la potencialidad (de nuestra biología y el aprendizaje) y actualización (con el contexto presente) a partir de las relaciones. Somos más que nuestro cuerpo y pensamiento, somos las acciones que dejas, las huellas que dejamos en los otros, somos las experiencias compartidos y somos de alguna manera también la cultura que nos ha constituido.

Entonces, somos más que nuestra individualidad, somos relación: la muerte supone un fin a nuestra capacidad de actualizarnos de acuerdo a nuestra estructura (que siempre esta igual en relación, no es aislada sino en interacción y apertura) pero no un fin de nuestro ser. Nuestro ser permanece :ya sea biologicamente donde puede entrar en interacción con otros seres a los cuales sirvamos como alimento o también para salvar la vida de otros, donando nuestros órganos o siendo objeto de estudio. O también mentalmente (y aquí reside lo que puede ser significativo para nosotros) en base las huellas que dejamos en los demás, a través de las experiencias compartidas o aportes que hicimos en vida. Si evidentemente hay una transformación, pero permanecemos porque somos interacción: Lo curioso es que las experiencias que dejamos convertidas en huellas en los demás o las ideas tienen una vida propia, pues en cada momento son resignificadas (miremos nomas las enseñanzas del inmortal Platón, que después de 2500 años casi sigue entre nosotros). Entendernos a si, concebirnos como en función a una cualidad de las cosas mismas (nosotros somos también objetos) nos ayuda a concebir diferente nuestra propia muerte y a pensar como nos preparamos para la eternidad.

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